En un hecho estremecedor ocurrido en Byron, Wyoming, la pequeña Olivia Blackmer, de tan solo siete años, falleció el pasado sábado en el Primary Children’s Hospital en Salt Lake City, luego de luchar por su vida durante cinco días tras haber sido baleada en la cabeza por su propia madre.

La tragedia se desencadenó el pasado 10 de febrero, cuando Tranyelle Harshman, de 32 años, en un acto de demencia y desesperación, disparó a sus cuatro hijas antes de quitarse la vida. En el lugar fallecieron su hija de 9 años, Brailey, y sus hermanastras gemelas de 2 años, Brooke y Jordan. Olivia, gravemente herida, fue trasladada de urgencia al hospital, donde lamentablemente no pudo superar las graves lesiones sufridas.

La noticia del fallecimiento de Olivia fue confirmada por su madrastra, Katelynn Beatty, a través de una actualización en la campaña de GoFundMe que había iniciado para recaudar fondos para los gastos médicos de la niña. «Olivia está ahora con sus hermanas», escribió Beatty en un mensaje desgarrador. «Luchó muchísimo hasta el último minuto. Su cuerpo y su cerebro habían sufrido demasiado, la medicación la ayudó, pero llegamos a un punto en el que se agotaron las opciones médicas y su cuerpo solo siguió empeorando», añadió.

La comunidad de Byron se encuentra consternada ante esta terrible tragedia que ha enlutado a dos familias y ha dejado una profunda herida en sus corazones. La partida de Olivia deja un vacío irremplazable y un dolor inmenso en sus seres queridos.
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Este trágico suceso pone de manifiesto la importancia de abordar la salud mental y brindar apoyo a quienes sufren de depresión y otros trastornos. La familia Blackmer ha pedido a la comunidad que los mantengan en sus oraciones mientras intentan sobrellevar esta difícil situación.