Zhang Zhan, una periodista china que lleva cuatro años tras las rejas por informar sobre el brote inicial de covid-19 en Wuhan, será puesta en libertad este lunes tras cumplir su condena, según sus partidarios y una sentencia judicial.
Zhang Zhan, exabogada, fue una de las pocas periodistas chinas independientes que informaron en Wuhan después de que la metrópolis de 11 millones de habitantes entrara en un bloqueo total, ofreciendo una visión poco frecuente y sin filtros de la realidad sobre el terreno mientras las autoridades chinas imponían una férrea censura a la cobertura mediática.
Zhang fue detenida en mayo de 2020 y condenada meses más tarde a cuatro años de prisión por «provocar disputas y problemas», una acusación que el gobierno chino utiliza habitualmente contra disidentes y activistas de derechos humanos.
Zhang terminará de cumplir su condena este lunes, según el veredicto judicial sobre su caso obtenido y publicado por grupos de derechos humanos
La periodista china Zhang Zhan fue condenada a cuatro años de prisión por informar sobre el brote inicial de covid-19 en Wuhan. (Crédito: EyePress News/Reuters)
En vísperas de su liberación, prevista para este lunes, simpatizantes y grupos de derechos humanos han pedido al gobierno chino que ponga en libertad a Zhang en el plazo previsto.
Reporteros Sin Fronteras (RSF), que concedió a Zhang su Premio a la Libertad de Prensa en 2021, pidió «a la comunidad internacional que presione a las autoridades para garantizar su liberación incondicional el lunes» en un post en la plataforma social X este viernes.
A principios de febrero de 2020, pocos días después de que se decretara el bloqueo de Wuhan, Zhang viajó unos 650 kilómetros desde Shanghái hasta la ciudad del centro de China para informar sobre la propagación del virus y los posteriores intentos de contenerlo, justo cuando las autoridades endurecían la censura sobre los medios de comunicación estatales y privados chinos.
Durante más de tres meses, documentó fragmentos de la vida en Wuhan y la dura realidad a la que se enfrentaban sus habitantes, desde hospitales desbordados a tiendas vacías, mientras el mundo se preparaba para la propagación del virus. Publicó sus observaciones, fotos y videos en Wechat, Twitter y YouTube, los dos últimos bloqueados en China.
«No encuentro nada que decir porque todo está tapado. Este es el problema al que se enfrenta ahora este país: cualquier opinión contraria por nuestra parte puede ser tachada de ‘rumor'», afirmó en un video dos semanas después de llegar a Wuhan, con una máscara en la cara.
«Incluso nuestras propias voces están fuera de nuestro control. Nos encarcelan en nombre de la prevención de pandemias y restringen nuestra libertad… Si no podemos obtener la verdad, si no podemos romper su monopolio de la verdad, el mundo no tendrá sentido para nosotros».
A mediados de mayo se interrumpió bruscamente su actividad, y más tarde se supo que había sido detenida por la Policía y llevada de vuelta a Shanghai.
Problemas de salud
Zhang, de 40 años, ha realizado varias huelgas de hambre desde que fue detenida y su estado de salud ha suscitado la preocupación de simpatizantes y grupos de defensa de los derechos humanos. En 2021, la madre de Zhang dijo que su hija estaba tan débil que no podía sostener la cabeza por falta de fuerzas y que necesitaba desesperadamente atención médica.
Durante una huelga de hambre anterior, Amnistía Internacional denunció que Zhang había sido encadenada y alimentada a la fuerza, un trato que, según el grupo, equivalía a tortura.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China no respondió previamente a la CNN sobre las denuncias de malos tratos a Zhang durante su detención.
En un extenso comunicado emitido en julio de 2020, el Ministerio de Asuntos Exteriores negó que el gobierno chino hubiera reprimido a periodistas que «ejercieron su derecho a la libertad de expresión en Internet» durante la pandemia.
«En China, nadie es castigado o penalizado simplemente por hacer comentarios», decía el comunicado. «El gobierno chino ha llevado a cabo en todo momento su respuesta a covid-19 de forma abierta y transparente, y ha conseguido logros ampliamente reconocidos»
Zhang fue una de los reporteras independientes detenidos o desaparecidos al principio de la pandemia, cuando las autoridades chinas reprimieron la cobertura del virus y los medios de propaganda se volcaron en presentar la respuesta de Beijing como eficaz y oportuna.
China es el mayor carcelero de periodistas del mundo, según Reporteros sin Fronteras, que la sitúa en el puesto 172 de 180 países del mundo en su clasificación anual de la libertad de prensa.
Las autoridades controlan férreamente a la prensa en su país y bloquean la mayoría de los medios de comunicación extranjeros a través del Gran Cortafuegos, su vasto aparato de censura y vigilancia en línea.
fuente cnn