Tu intestino, o sistema digestivo, contiene trillones de minúsculos microbios que juegan un papel muy importante en tu salud general. Tener salud intestinal se traduce en la existencia de un equilibrio óptimo de bacterias o microbios en tu tracto gastrointestinal. Estos microbios ayudan al cuerpo a obtener energía de los alimentos que consumes, a deshacerse de toxinas y a combatir virus y bacterias dañinos, lo que hace que el intestino sea uno de los órganos más vitales del cuerpo humano.
Si tus intestinos no están bien, es posible que experimentes diversos síntomas como, por ejemplo, distensión abdominal, gases, diarrea, estreñimiento, dolor estomacal, náuseas y vómitos. Además de síntomas digestivos, un intestino enfermo puede afectar a todo tu cuerpo y dar lugar a migrañas, cambios de humor y un sistema inmunitario comprometido.
Al adoptar un estilo de vida adecuado y hacer algunos cambios en tu dieta, puedes modificar para bien la diversidad y cantidad de microbios en tu intestino. Aquí puedes ver X formas de mejorar tu salud intestinal de manera natural.
1. Comer mucha fruta y verdura
Tanto la fruta como la verdura son altas en fibra, y las bacterias intestinales ayudan a digerir esta fibra, estimulando a su vez su propio crecimiento. Una dieta equilibrada rica en fruta y verdura aporta la fibra que favorece el desarrollo de las bacterias buenas y la salud intestinal. Según un estudio, la fibraes un nutriente de origen vegetal que reduce el riesgo de enfermedades metabólicas mediante la estimulación del crecimiento y la diversidad de las bacterias buenas en el intestino. Las batatas, las espinacas, la remolacha, las zanahorias y el hinojo están llenos de fibra que mejora la salud intestinal de forma natural. Proponte comer al menos 30 tipos diferentes de verdura a la semana.
2. Incluir prebióticos y probióticos en tu dieta
Los probióticos, también conocidos como “bacterias beneficiosas” o “bacterias buenas”, son microbios vivos que están presentes en alimentos fermentados como yogur, kéfir, kombucha, chucrut y miso. Los probióticos favorecen el crecimiento de las bacterias intestinales saludables.
Los prebióticos sirven como “alimento” para las bacterias buenas del cuerpo, y están presentes en alimentos no procesados como manzanas, espárragos, plátanos, maíz, ajo, linaza, puerros, cebollas, avena, lentejas y nueces. Pueden mejorar la salud intestinal.
3. Gestionar tus niveles de estrés
Demasiado estrés puede afectar a tu salud intestinal. Muchas personas habrán tenido el estómago revuelto en épocas de estrés. El estrés puede causar problemas estomacales y cambiar los niveles de bacterias en el intestino. Esto se debe a que el estrés puede elevar las hormonas del estrés, provocar inflamación y cambiar el modo en que nuestro cuerpo funciona. A su vez, esto puede hacer que tus bacterias intestinales liberen metabolitos, toxinas y neurohormonas que pueden provocar cambios en tu forma de comer y afectar a tu estado de ánimo. Entre algunas de las técnicas de gestión del estrés se incluyen la meditación, el yoga, ejercicios de respiración profunda, un masaje y escribir un diario.
4. Comer menos azúcar y alimentos procesados
Demasiado azúcar y, concretamente, el azúcar refinado, puede afectar negativamente a la salud de tu sistema digestivo. Consumir grandes cantidades de azúcar está ligado a un sobrecrecimiento de las bacterias malas en tu intestino. Come menos azúcar y alimentos procesados, ya que esto puede afectar negativamente a nuestro microbioma intestinal cambiando el equilibrio entre las bacterias buenas y las malas. A menudo contienen ingredientes que acaban con las bacterias «buenas» o aumentan las bacterias «malas».
5. Evitar tomar antibióticos sin necesidad
Los antibióticos matan tanto a las bacterias «buenas» como a las «malas». Si necesitas antibióticos, asegúrate de consumir muchos alimentos que aumenten tus microbios después.
6. Dormir más
Tener un sueño reparador con más asiduidad es fundamental para que tanto tu cuerpo como tu intestino se regeneren y reparen. Debes proponerte dormir de siete a ocho horas de forma ininterrumpida cada noche.
7. Hacer ejercicio con regularidad
Estudios recientes han revelado que hacer ejercicio puede aumentar realmente la cantidad de microbios beneficiosos en el intestino. Hay pruebas que demuestran que unos pocos paseos de 10 minutos a paso ligero cada día aportan beneficios para la salud. Plantéate dar paseos cortos durante el día y usa las escaleras en lugar del ascensor para mantenerte activo. La actividad física, como un paseo después de la cena, también ayuda con la digestión.
8. Mantenerte hidratado
Una hidratación adecuada juega un papel crucial para favorecer la digestión y mantener tu intestino hidratado. Bebe fluidos durante el día para mantenerte bien hidratado. Procura beber al menos entre un litro y medio y dos litros de agua al día, y adapta esta cantidad en función de tu nivel de actividad y el clima.
9. Evitar fumar
Fumar aumenta el riesgo de padecer trastornos intestinales crónicos y cánceres del tracto digestivo.