El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, ordenó la ejecución de hasta 30 funcionarios por no haber evitado las inundaciones y deslizamientos de tierra masivos que ocurrieron en verano y que causaron la muerte de aproximadamente 4.000 personas, según medios surcoreanos.
Un funcionario del régimen de Kim informó a TV Chosun que entre 20 y 30 líderes norcoreanos fueron acusados de corrupción y negligencia, y sentenciados a la pena de muerte.
El funcionario declaró que las ejecuciones de estos líderes en la zona afectada por las inundaciones se llevaron a cabo simultáneamente a finales del mes pasado. Sin embargo, estos informes no fueron verificados por medios independientes.
La Agencia Central de Noticias de Corea del Norte había informado previamente que Kim ordenó castigos severos para los funcionarios tras las devastadoras inundaciones en la provincia de Chagang en julio, que resultaron en la muerte de unas 4.000 personas y el desplazamiento de más de 15.000.
Aunque los funcionarios ejecutados no fueron identificados, el informe mencionó que Kang Bong-hoon, secretario del comité provincial del partido en Chagang desde 2019, fue destituido por Kim durante una reunión de emergencia durante el desastre. Después de la reunión, el exdiplomático norcoreano Lee Il-gyu comentó a TV Chosun que los funcionarios de la provincia estaban extremadamente ansiosos por su destino.
El mes pasado, Kim fue visto inspeccionando las áreas dañadas y reuniéndose con los residentes, estimando que la reconstrucción de los vecindarios inundados tomaría meses. También criticó los informes surcoreanos sobre el número de muertos, negando que miles de personas hubieran fallecido.
No es la primera vez que se reporta que Kim ordena la expulsión de funcionarios por fallos percibidos. En 2019, se informó que el Estado ejecutó a Kim Hyok Chol, su enviado nuclear a Estados Unidos, por no negociar una cumbre con el entonces presidente estadounidense Donald Trump. Más tarde, CNN informó que Chol estaba bajo custodia estatal.
Corea del Norte tiene una alta tasa de ejecuciones públicas, con un promedio de 10 ejecuciones públicas antes de la pandemia de COVID-19, según el Korea Times. El medio estima que la tasa ha aumentado desde entonces, con al menos 100 ejecuciones el año pasado.