La aparición y el aumento reciente de la resistencia antimicrobiana, junto con la disponibilidad limitada de agentes antifúngicos con acciones fungicidas, han llevado a la realización de diversos estudios en búsqueda de soluciones y alternativas naturales.
El aceite de coco en el tratamiento de infecciones fúngicas
El aceite de coco tiene un papel único en la dieta como un alimento físicamente funcional importante y está compuesto de ácidos grasos de cadena media. Contiene un 80 – 90% de ácidos grasos saturados, de los cuales aproximadamente el 50% es ácido láurico. Muchas investigaciones sustentan que los ácidos grasos de cadena media inhiben el crecimiento de múltiples patógenos microbianos, en especial el ácido láurico.
El ácido láurico, tras su consumo, se esterifica a una molécula de glicerol formando la monolaurina (monoglicérido).
Esta junto a otros monoglicéridos de cadena media tienen la capacidad de alterar las paredes celulares de virus, bacterias, protozoos y hongos, así como penetrar y romper las membranas celulares e inhibir las enzimas involucradas en la producción de energía y la transferencia de nutrientes. Finalmente todo esto lleva a la muerte y destrucción de las bacterias (Beena Shino y col. 2016).
Algunos de los microorganismos inactivados o destruidos por estos lípidos son virus como los del VIH, herpes simple, hepatitis C, citomegalovirus e influenza y algunas bacterias patógenas como Helicobacter pylori, Staphyloccus aureus, Streptococcus mutans y levaduras como Candida albicans (Mora O, 2003; Beena Shino y col. 2016).
Investigaciones
En 2007, Ogbolu DO y col, realizaron un estudio para determinar la efectividad del Aceite de Coco Virgen como agente antifúngico en las especies de cándida detectadas en 52 muestras clínicas en Nigeria.
La Candida albicans fue el aislado más común de los especímenes clínicos (17); otros fueron Candida glabrata (9), Candida tropicalis (7), Candida parapsilosis (7), Candida stellatoidea (6) y Candida krusei (6). C. albicans presentó la mayor susceptibilidad al aceite de coco con un 100%, mientras que C. krusei mostró la mayor resistencia al aceite de coco. Es digno de mención que el aceite de coco fue activo contra especies de Candida al 100% de concentración en comparación con fluconazol.
Esto a su vez demuestra que el aceite de coco puede usarse como alternativa para el tratamiento de infecciones fúngicas tomando en cuenta la resistencia a medicamentos que han demostrado las distintas especies como la Cándida.
Bergsson y col. también demostraron que los ácidos cáprico y láurico son eficientes contra la Candida albicans y pueden ser útiles para el tratamiento de infecciones causadas por este patógeno u otros que infectan la piel y la mucosa, posiblemente junto con una terapia antibiótica más prolongada en el tiempo.
Por otro lado, Yang, H.-T.,y col, 2017, demostraron que, in vitro, el ácido láurico exhibe potentes actividades antimicrobianas contra múltiples cepas toxigénicas de Clostridium difficile. El efecto inhibidor del ácido láurico se debe en parte a la generación de especies de oxígeno reactivo (ROS) y al daño de la membrana celular. La administración de ácido láurico redujo considerablemente la formación de biopelículas.
Es importante destacar que, en un modelo de infección de ratón, el pretratamiento con ácido láurico redujo los síntomas de la infección por Clostridium difficile y la producción de citoquinas proinflamatorias. Sus resultados sugieren que el ácido láurico de origen natural como el presente en el aceite de coco virgen es un nuevo inhibidor de C. difficile y es útil en el desarrollo de su tratamiento alternativo o complementario.
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fuente nutriwhitesalud