La campaña de las elecciones de la región española de Cataluña, con repercusión nacional, terminó este viernes en medio de la incertidumbre de las encuestas y la previsión de que serán necesarias concertaciones y bloques para la investidura.
Por una parte, es previsible una victoria de los socialistas, según las encuestas, pero necesitarían el apoyo de otras fuerzas para gobernar, mientras que los partidos independentistas podrían lograrlo si sumasen escaños suficientes y pactasen entre ellos.
Con un alto porcentaje de indecisos, al menos siete partidos estarían en la pugna por repartirse los 135 diputados de la cámara, tanto de ámbito español como solo catalán, independentistas principalmente en este caso.
Los socialistas, que encabezan el Gobierno estatal (nacional) de coalición, ganarían los comicios catalanes con unos 40 diputados, lejos de la mayoría absoluta, así que tendrían que buscar el apoyo de otras fuerzas de izquierda para acceder al poder.
A continuación, con un número variable de escaños, quedarían los independentistas de Junts (centro derecha), del expresidente catalán Carles Puigdemont (huido de España para eludir la acción de la Justicia por su responsabilidad en el proceso soberanista de 2017). Y de ERC (izquierda republicana), del actual presidente de Cataluña, Pere Aragonés, que gobierna en minoría.
Gobierne quien gobierne Cataluña después del domingo, los socialistas o los independentistas, en la oposición seguirían los conservadores españoles del Partido Popular (PP), que subirían en número de diputados, y la extrema derecha de Vox, mientras que irrumpiría algún partido ultraderechista catalanista y desaparecerían los liberales de Ciudadanos.
Los líderes políticos nacionales han intensificado su presencia en esta campaña hasta este viernes mismo con mensajes en clave tanto catalana como española, con el trasfondo de los posibles pactos postelectorales en esa región del nordeste español.
El presidente de Gobierno central, Pedro Sánchez llamó estos días a parar a la derecha y la ultraderecha tanto en Cataluña como en toda España y pidió una amplia victoria socialista para superar una «década perdida» de gobiernos independentistas, entre ellos el responsable del proceso soberanista inconstitucional de 2017.
Los partidos independentistas, que no aclaran si pactarían entre ellos tras las elecciones, han acusado al líder socialista catalán, Salvador Illa, de representar únicamente en Cataluña los intereses del Gobierno español; no renuncian a un referéndum de «autodeterminación» y exigen al Estado una financiación «justa» para la región.
Puigdemont, candidato de Junts a próximo presidente de Cataluña, hizo toda la campaña en Francia y trató este viernes de movilizar el voto independentista indeciso para «derrotar al bloque de hierro» que, según él, forman el Partido Socialista, el PP y sus aliados, todos ellos opuestos a la independencia de Cataluña.
fuente telesur