Un adolescente de 17 años confesó que no tenía motivos para asesinar a su familia, pero sentía que había una presencia extraña en su hogar que lo oprimía. El crimen ocurrió el domingo 1 de septiembre cerca de Milán, en el norte de Italia.
Durante el interrogatorio, realizado 12 horas después de los hechos, el joven admitió haber apuñalado a su padre, madre y hermano en su casa en Paderno Dugnano. Según los medios locales, el menor explicó que sentía una “presencia extraña” en la familia que lo oprimía y pensó que matándolos se liberaría de esa molestia. Sin embargo, se dio cuenta poco después de que eso no lo liberaría.
La reconstrucción policial indica que el adolescente tomó un cuchillo de la cocina en la madrugada del domingo mientras todos dormían, primero matando a su hermano de 12 años y luego a sus padres. Posteriormente, llamó al 112 diciendo que había apuñalado a su padre después de que este matara a su madre y hermano, aunque luego cambió su versión y confesó el crimen.
El interrogatorio fue largo y complicado, interrumpido varias veces por el llanto del joven. El teléfono con el que llamó a emergencias y el cuchillo fueron recogidos como pruebas. El día anterior al crimen, la familia había celebrado el cumpleaños número 51 del padre junto con los abuelos maternos y la abuela paterna, quienes aseguraron que todo había sido normal durante la celebración.
El joven declaró que llevaba tiempo pensando en ello y que no tenía problemas aparentes en casa ni con sus amigos, pero sentía que no podía tener una conversación verdadera con nadie y que nadie lo comprendía. Los investigadores que hablaron con él lo describieron como un chico inteligente, quizás más que la media, y consideraron su confesión auténtica.
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